Anuncio de internet y cable: estigmatización
y banalización de jóvenes y sus padres
1ro de septiembre de 2013
Por Ana Luisa Nerio Monroy
Desde hace varias semanas circula en
medios electrónicos, particularmente en televisión, en salas de cines y en
internet, un comercial de una reconocida compañía de televisión por cable e
internet. En el comercial una “voz en off” narra el comercial que nos dice algo
así como “a tú hijo no le importan todos los retos que enfrentaste, incluyendo
una lluvia torrencial el día de su nacimiento, las noches de desvelo, el que te
congelaras mientras esperabas al niño fuera de la casa del amiguito donde acudió
a una fiesta y decidió pasar un rato más, ni siquiera le importa que le hayas
donado un riñón, lo que le importa es que el internet que hay en casa es muy
lento”. El comercial cierra con la cara del jovencito (podría calcularse una
edad de 15 a 19 años) diciéndole a su padre un “-En esta casa el internet es
súper lento, me decepcionas-”
Yo no sé en qué estaban pensando los que
diseñaron esta campaña y el guión del comercial, cuántos grupos de enfoque hicieron
antes de sacar “al aire” este anuncio, pero seguro además de carecer de buen
gusto, carecen de sensibilidad y conocimiento en torno a los derechos humanos y
el derecho a no ser discriminado que incluye la no estigmatización de un grupo
de población. Me explico a continuación.
1.Colocan a las y los jóvenes como
personas insensibles, consumistas, dependientes del internet, banales, incapaces
de tomar decisiones racionales, insensibles respecto a los sentimientos de sus
padres y familias. Eso se llama estigma. No dudo que en medio de la diversidad
humana haya alguna persona con problemas emocionales de este tipo, pero eso es
otro asunto. Pero suponer que todas las y los jóvenes son así, es terriblemente
discriminador. Suponer que un joven valoraría por encima de salvar su vida
mediante un trasplante de riñón contar con internet veloz, es verdaderamente
ofensivo para las y los jóvenes. Eso nos da muchas pistas de cómo algunos
sectores de la sociedad, empresas de publicidad y empresas ven a los
adolescentes y jóvenes. Esa forma, me parece, que no contribuye a formar
ciudadanos responsables, críticos y propositivos y con valores cimentados en el
respeto a “la otra o el otro” y en los derechos humanos. Conozco a muchas
personas jóvenes sumamente preocupadas por lo que pasa a su alrededor,
comprometidas con causas como los derechos humanos, la ecología, los derechos
de los animales, entre otros temas. Gente amorosa y respetuosa de sus familias
que no por ello dejan de ser críticos e independientes.
2.Se presenta a la familia y a los padres
como sujetos incapaces de educar y poner límites a las y los hijos; y con tal
problema de auto aceptación y desconocimiento de lo que implica la materno-paternidad,
la disciplina, la escucha amorosa y la comunicación afectiva. La única manera
en que el padre puede demostrar su amor es mediante el constante auto-sacrificio.
El valor del amor del padre, se mide por el servicio de internet y televisión
por cable que contrata porque al jovencito “tampoco le importa que le hayas
donado un riñón”. ¿Es esto constructivo para una sociedad que requiere de
recuperar y fortalecer el tejido social ya de por sí tan deteriorado en muchas
zonas del país? ¿Y el valor de la vida? ¿Entonces los jóvenes no valoran la
vida? Porque donar un riñón no es cualquier cosa. ¿Es más valioso contar con un
servicio que la vida o la salud? ¿Cómo estamos transmitiendo a las personas y
en particular a niñas, niños, adolescentes y jóvenes el valor de derechos
humanos fundamentales como la salud y la vida? ¿Son vida y salud también
mercancías?
Internet es una maravillosa herramienta para
comunicarse y para obtener información. También lo es para acercarnos a otras
personas, por medio de las redes sociales, por ejemplo. Pero colocar al medio
por encima del fin es sumamente peligroso. Hay muchas maneras de promover un
servicio y competir en el mercado de las empresas de internet y cable sin tener
que recurrir a mensajes poco sensibles y que insisto, resultan muy discriminadores.
@aluisanerio
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