lunes, 8 de enero de 2018

La igualdad como derecho humano en el contexto del enfoque de género



Autora: Ana Luisa Nerio Monroy
La igualdad es un derecho humano reconocido en distintos instrumentos internacionales de derechos humanos y normas jurídicas nacionales. Es un deber y obligación del Estado reconocer, proteger y garantizar el derecho a la igualdad de todas las personas.

Todas las personas nacemos libres e iguales en dignidad y derechos. Esa igualdad legal o formal que existe en el papel, no siempre se corresponde con la igualdad real o sustantiva. Es decir  el verdadero disfrute de los derechos humanos no es igual para todas las personas. ¿Debería serlo? Como principio ético o valor universal sí. Todas las personas deberíamos poder gozar de todos los derechos, tomando en cuenta claro, nuestros contextos culturales.  Eso no significa que en razón de usos y costumbres se trate de manera desigual, por ejemplo, a mujeres y hombres.

La igualdad real o sustantiva lleva en el camino otro tipo de igualdad: la de oportunidades. De nada sirve que la ley diga que todas las personas tenemos derecho a la educación si la escuela más próxima a la comunidad donde yo vivo está a 1 hora caminando y no hay transporte ni caminos. Mi oportunidad de ejercer y gozar el derecho se ve limitado.

La igualdad como principio ético y valor es una aspiración. ¿En verdad todos y todas debemos ser iguales? ¿Iguales para qué? ¿Para tener un celular, un automóvil, una casa?, ¿Quiero ser igual al resto de las mujeres? No. La igualdad que quiero es la de oportunidades y derechos,  quiero la igualdad como no discriminación  y como forma de no ser limitada o restringida en el acceso a oportunidades por el hecho de ser mujer.

El derecho a la igualdad,  no es ese que se restringe a lo jurídico o  formal, pues entonces  se vacía de contenido y resulta al final bastante discriminador, es uno en el que se reconozca  el derecho a la diversidad y a la diferencia y se valore la riqueza cultural sin que por ello se piense que nada puede cambiar o modificarse cuando es a favor de los derechos humanos.

Y junto con la igualdad, si hablamos de oportunidades no podemos dejar de pensar en la equidad, principio de justicia social que implica  tomar en cuenta las desventajas sociales, económicas, políticas, entre otras, que algunas personas tienen y por tanto se requiere “nivelar” para poder ejercer la igualdad real.

Mujeres y hombres somos iguales en derechos pero la historia de la humanidad y la forma en que se ha construido el sistema patriarcal han colocado a las mujeres en una situación de gran desigualdad. Las mujeres no queremos ser iguales a los hombres. Las mujeres no queremos sustituir o “ser” hombres. Las mujeres queremos ser mujeres pero con derechos iguales a los hombres tomando en cuenta que aunque la biología nos hace distintas(os), los derechos que tenemos en tanto personas son los mismos. Reconociendo también, que por nuestro sexo en algunos casos requerimos derechos específicos (me refiero por ejemplo a  la salud reproductiva y maternidad), sin que por ello se considere que las mujeres somos privilegiadas o queremos tener más derechos que los hombres.

 @aluisanerio