Autora: Ana Luisa Nerio Monroy
Cuando
hablamos de violencia de género (o basada en el género) y violencia contra las
mujeres no nos estamos refiriendo a lo mismo. Son términos que suelen ser
usados de manera indistinta, como si fueran sinónimos y no lo son.
La violencia de género es aquella que afecta tanto a mujeres como a
hombres a partir del papel o rol que la sociedad espera desempeñen, en el marco
de una cultura y tiempo histórico determinado. Es decir, es una violencia
basada en el género de la persona. Por ejemplo, un hombre que no cumple con el
mandato de la heterosexualidad, o un niño que no es fuerte y valiente como
marcan los estereotipos de género de la masculinidad tradicional, podrían ser
objeto de algún tipo de violencia.
Este tipo de violencia no tiene que ver con nacer mujer u hombre en su
sentido biológico sino con la construcción social de lo que se supone apropiado
para lo femenino y lo masculino, es decir, el género. En el caso de las
mujeres, la violencia de género se expresa en actos violentos basados en
relaciones de poder, donde las mujeres son vistas y tratadas como inferiores y
subordinadas.
El término violencia contra las mujeres refiere a las múltiples formas de violencia que les afectan por el sólo hecho de nacer mujer, a lo que se suma la construcción de género. En este sentido la definición contenida en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de 1993, proporciona los elementos esenciales para su entendimiento: “Por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.[1]
CONCLUSIÓN
La violencia de género
es aquella ejercida contra cualquier persona, en función de la construcción social
de género, es decir, de lo que se espera que mujeres y hombres sean y hagan.
La violencia contra las
mujeres es específicamente contra ellas, por haber nacido mujeres.
Cuando hablamos de
violencia contra las mujeres y las niñas, necesariamente incluimos el
componente de género, por la importancia que tiene éste en la forma que
históricamente las mujeres han sido vistas y tratadas como inferiores y
subordinadas respecto a los hombres. No puede entenderse la violencia contra
las mujeres si no reconoce que, entre las causas de ésta, se encuentra la forma
en que los roles y estereotipos tradicionales de género han sido clave para que
las mujeres vivan con más o menos libertad, con mayor o menor grado de
violencia.
Twitter @aluisanerio
[1]