jueves, 30 de junio de 2022

¿Qué tienen en común Buzz, Yrma Lydia e Ingrid Coronado?. Hablemos de discriminación, violencia y machismo.

Autora: Ana Luisa Nerio Monroy

Esta última semana de junio tres temas han estado rondando por mi cabeza. El primero es el asunto de las escenas de una familia homoparental en la película de Disney Pixar, Buzz Lightyear; el segundo es el asesinato de la cantante Yrma Lidya Gamboa; y el tercero, los ataques a la conductora de televisión Ingrid Coronado a partir de la muerte de su ex cónyuge Fernando del Solar. En común a todos estos casos les atraviesan los mandatos de género, el machismo y la violencia contra las mujeres.

No había opinado acerca de la Película de Buzz porque quería ver yo misma si la escena multicitada era para tanto. Y la verdad coincido con mucho de lo que ya otras feministas, activistas de derechos humanos y del derecho a la no discriminación han señalado. Las escenas en donde se habla o presenta una familia homoparental, en este caso entre dos mujeres, es tan rápida que la verdad a menos que ya vayas tratando de encontrarla, puede pasarte de largo.  Realmente ninguna niña o ningún niño, de quienes estaban presentes en la misma sala de cine que yo, reparó en el asunto. Sin duda el gato robot causó más interés entre las infancias asistentes.

Para quienes no comparten la idea de que en este mundo la diversidad es una realidad y que existen personas con diferentes identidades de género y orientaciones sexuales la escena resultó ofensiva. Es más, en un chat grupal recibí un "aviso" importante advirtiendo que la ideología de género estaba apropiándose de los medios de comunicación y quería inculcar en los pobres e inocentes infantes ideas erróneas (digo esto último con ironía, obviamente).

La "ideología de género" es un término, utilizado por algunos grupos de personas cuyo objetivo es desacreditar al feminismo y los estudios de género, que cuestiona la libertad y diversidad sexual; que descalifica todo aquello que no esté en el marco de la heterosexualidad y de los roles y estereotipos que la cultura patriarcal y machista ha determinado como aceptables para las mujeres y los hombres.

Quienes etiquetan como “ideología” al respeto a la diversidad sexual suelen defender el modelo tradicional de familia como único posible. Además, consideran a todo aquello vinculado a la sexualidad como algo que debe controlarse, esconderse y castigarse, y se oponen a que las mujeres gocen de oportunidades y libertades equiparables a las de los hombres.

En la vida real hay parejas de todo tipo. Y con las críticas a una película que representa una, de muchas realidades, sólo se muestra la cultura de discriminación que aún persiste. Efectivamente podemos calificar de “lesbofobia” esa actitud en contra de un matrimonio y familia formado por dos mujeres. La película, y lo digo sin ser crítica de cine, aborda de forma sutil y tranquila el asunto. De manera normal ¡Como debe de ser! ¡Bueno! yo me enamoré de Buzz quien trata con gran naturalidad el tema y se muestra absolutamente empático y cariñoso con su amiga que es lesbiana. En ningún momento le resta valor, o cuestiona su amistad. Ella es. Punto. La naturalidad con la que el tema de las familias diversas se aborda en la película es maravillosa.

El siguiente tema es el feminicidio de Yrma Lydia Gamboa. Una cantante mexicana muy joven, veinteañera, asesinada a tiros en un restauran de la Ciudad de México por su esposo. Un hombre con poder, armado y con antecedentes de ser muy violento. Ella misma ya lo había acusado de violencia familiar y estaba tramitando su divorcio. Y así, porque sí,  porque puede... un hombre decide matar a su esposa porque ella quería el divorcio. El machismo y patriarcado funcionado a todo motor. Ella había osado romper las reglas, no cumplir con el mandato de género de callarse y aceptar los maltratos. Y fue “castigada” por ello. Por un macho, un hombre educado en una cultura y sociedad donde la vida de las mujeres puede ser arrebatada sin más. No hay manera de justificarlo, no hay argumento para defender lo indefendible. Si ella se equivocó al elegir pareja es otro tema. Él es un asesino. El presunto feminicida está detenido y bajo proceso. Esperemos se aplique la ley.

Finalmente, el tercer caso es el de la conductora Ingrid Coronado. Ingrid fue esposa de Fernando del Solar, ambos conductores y personas conocidas en los medios de comunicación que formaron una familia. Fernando enfermó de cáncer del pulmón y durante la etapa más difícil del cáncer, él e Ingrid se divorciaron. Ingrid fue tratada en redes sociales y algunos medios de comunicación como la “bruja mala del cuento”, la acusaron de abandonar a Fernando en el peor momento, de desleal, de interesada, de mal ser humano. Esta mujer recibió (y sigue recibiendo), una enorme cantidad de ataques, de comentarios machistas por ese divorcio. No importa que el señor Del Solar ya haya aclarado qué él también propició la separación, que él le pidió que se fuera de la casa. Que él estaba tan mal emocional, psicológica y físicamente que no había forma posible de convivir y que, de no irse, los hijos que tenían en común y la propia Ingrid se colocaban en una situación de gran estrés y maltrato. Como en muchas relaciones, lo más sano para todos era la separación.

Pero eso no importó. Ingrid sigue cargando con el estigma de haber abandonado a un hombre enfermo. La culpan de su enfermedad (¡Por favor, era cáncer de pulmón, no una gripe que se contagia!). Nuevamente los mandatos de género dictaban que ella debía aguantar, ella debía haberse quedado a cuidar de su esposo enfermo, no importaba si eso le generaba dolor, maltrato, estrés y afectaba a sus hijos. El patriarcado dicta que las mujeres estamos para los otros antes que para nosotras.

Fernando del Solar ha muerto. Muy triste y lamentable. Pero aquí en este mundo de los vivos se queda Ingrid para ser nuevamente objeto de comentarios y ataques machistas, sumamente violentos, que la descalifican e injurian porque suponen que ella no cumplió con el papel de buena esposa abnegada. No importa la verdad, no importa que el divorcio fuera asunto de dos. Lo que importa es lanzar odio contra una mujer. Una mujer que además ha trabajado mucho en recuperarse emocionalmente y estar bien para sus hijos.

El patriarcado como sistema opresor sigue funcionando, opera todos los días para reprimir, limitar y excluir a las mujeres y las personas que no encajan en el esquema de la heteronormatividad y de la sumisión. Este mes de junio nos presentó estos tres ejemplos que conocemos por haber sido del dominio público, pero en el día a día, hay cientos de parejas discriminadas por su orientación sexual, cientos de familias juzgadas por ser diferentes, cientos de mujeres asesinadas por su pareja sentimental y cientos de mujeres violentadas por no ajustarse a las normas que dicta el sistema patriarcal y machista que vivimos en México.

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martes, 14 de junio de 2022

Diversidad y orgullo LGBTIQ+: “El Vogue” como reivindicación del cuerpo y la expresión del género

 

Junio 2022

Autora: Ana Luisa Nerio Monroy

Próximamente se celebrará el Día del Orgullo LGBTIQ+ y dentro del amplio universo de expresiones culturales de esta población existe "El Vogue", un movimiento que reivindica a través del cuerpo, el movimiento, el baile y la vestimenta, el derecho a la identidad de género fuera de los márgenes de la heterosexualidad, del binarismo, el clasismo y los estereotipos de género, incluidos los de la belleza.

El “Vogue” surge en Nueva York (EUA) en la década de los sesenta, en lo barrios pobres donde la población latina, afro y LGBTI recurren al baile como una forma de liberación, de crítica y protesta frente a una sociedad de consumo que no les ve, o que las/los/les ignora. Una sociedad para la que sólo existen cuerpos blancos, delgados y bien formados. Si eres gorda(o), afro o latino, si tu piel no es blanca y perfecta, si no eres rubia… no existes. Y esto se reproduce en el mundo de la diversidad sexual. Para la publicidad, el mercado, el capitalismo y las marcas de renombre, una persona gay es razonablemente “aceptable” si es blanco, guapo y con poder adquisitivo.



Si eres gay (o lesbiana, trans, bisexual u otre) pobre, afro, latino, con sobrepeso, o sin un cuerpo dentro de los estándares de lo que califica como un cuerpo bello…no eres. Estás al margen. El Vogue combate esta exclusión mediante el cuerpo en movimiento. Su nombre viene de la afamada revista de modas Vogue, icónica publicación que mostraba y muestra a mujeres y hombres posando en bellos atuendos y luciendo rostros y cuerpos que encajan en modelos de belleza socialmente aceptados. Por ello, el movimiento Vogue, usa, entre otros recursos las poses de modelo y los movimientos de las pasarelas.  Es un juego para imitar a las y los modelos pero que va más allá al apropiarse del escenario; exponer la fuerza y valor que tiene cada persona de ser quien desea ser y mostrarse al mundo con orgullo. Hacer patente la diversidad corporal es parte del Vogue.




El Vogue es también un tipo de baile que expresa a través del cuerpo el “orgullo de ser”. Que te permite mostrar tu feminidad o masculinidad montada(o) en unos tacones que te animan a que con movimientos que pueden ir desde lo felino hasta lo muy brinco de “conejo”, cada persona se libere, se manifieste en todo su esplendor sin miedo a que se le juzgue.

La vestimenta es importante porque es parte de la expresión de género y de la identidad. En el Vogue hay gran variedad de gustos. Hay quien desea ser una princesa y modelar con una crinolina y escote; habrá quien desea lucir plumas, arneses o corset, vestirse de sirena, en mallas o en traje de cuero o con ropa tipo pasarela de marca de lata gamma o couture. Lo que es común es que quien participa del baile o actividad Vogue, luzca radiante, espectacular y se sienta cómoda. Las prendas de vestir no tienen género. Los colores no tienen género. Los movimientos de baile no tienen género. Los tacones no son de uso exclusivo de las mujeres. Eso reivindica el Vogue. ¿Estás cómoda (o), en tacones? ¡Úsalos!

El Vogue es mucho más que un baile o un grupo de personas que se reúnen para bailar, modelar o caminar “sexis” en una pasarela, realizar poses e imitar a Madonna y su famosa canción y coreografía llamada precisamente “Vogue”. El Vogue es un movimiento contra la homofobia y la discriminación, pues brinda apoyo ya que cuenta con casas donde se da alojamiento a las personas que son rechazadas y a quienes sus familias “corre” o expulsa por reconocerse como una persona LGBTI. En México existen algunas de estas casas. El Vogue es un movimiento de inclusión para que todas las personas puedan sentirse libres de ser quienes son, evitar el clasismo, racismo, la homofobia, el machismo, la heteronorma y binarismo. Así que.. “Strike a pose and let to your body move with the music”.

 

Ana Luisa Nerio Monroy

Twitter: @aluisanerio

Opiniones personales.

UNAM/RRII/DDHH/Género/Inclusión/She/Her/Ella/Amante del café, flores, plantas, tazas y maquillaje//Doglover

 


miércoles, 4 de mayo de 2022

La no maternidad elegida

 

La no maternidad elegida

Autora: Ana Luisa Nerio Monroy

@aluisanerio

Este texto fue publicado originalmente en México Social (https://www.mexicosocial.org/la-no-maternidad-elegida/), el 3 de mayo de 2022.

Desde hace aproximadamente 30 años se observa un decremento en la tasa de fecundidad en México. Es decir, cada vez hay menos nacimientos. De acuerdo con el INEGI, en los años 70, una mujer tenía en promedio siete hijos o hijas. Para el 2014 la cifra había bajado a 2.2 y en 2020 la tasa de fecundidad se encontraba en 1.9 hijos(as) por mujer, cifra que se considera por debajo de la tasa de reemplazo y que desde el punto de vista demográfico es lo recomendable, para poder tener un crecimiento poblacional equilibrado.



Existen factores de salud, sociales, culturales y económicos que pueden contribuir a explicar el porqué de este cambio.  En este texto me voy a referir a uno que ha sido explorado, visibilizado y defendido en años recientes, sobre todo en Europa y Estados Unidos, pero todavía muy poco en México: la no maternidad elegida.

El deseo de ser madre no es universal ni innato, esa es una creencia cultural que por años ha perseguido a las mujeres. No existe eso del instinto natural de ser madre, aunque a muchas personas les cueste trabajo entenderlo, aceptarlo y respetarlo. En 2011 la psicóloga Jody Day acuñó el término NoMo, que significa “not” y “mother”, para referirse a la decisión y situación de “no madre” en la que se encuentran muchas mujeres. NoMo nació como un término que se convirtió en un movimiento que surgió para apoyar emocionalmente a las mujeres que, como Day, no podían ser madres por distintas razones, entre ellas, los problemas de fertilidad. El movimiento se ha ampliado para hacer visibles los derechos de mujeres que eligieron no ser madres o aquellas con otros motivos para no procrear.

Y es que como han señalado muchas feministas, la maternidad no es un destino, es un trabajo de amor y como todo trabajo debe ser deseado y elegido. Elegir no ser madre es una experiencia tan única y diferente como sí serlo. Pero aún hoy en día, con todo el avance de los derechos de las mujeres y del feminismo, resulta que elegir no ser madre es una especie de lucha constante para no ser discriminada o estigmatizada. Medios de comunicación, familia y sociedad bombardean a las mujeres con mensajes que cuestionan su falta de deseo de tener descendencia. ¿Y para cuándo un hijo? ¡Se te están pasando los años! ¡Te vas a arrepentir de no tener hijes! ¿Te vas a perder de la experiencia maravillosa de ser madre? ¿Quién te va a cuidar cuando seas vieja?

Alrededor de la no maternidad elegida (y también de la que por otras razones no se da, por supuesto), se presentan un montón de cuestionamientos. Pero considero que es sobre la no maternidad elegida sobre la cual existe aún mayor estigma. ¿Cómo es que una mujer puede decidir, elegir, de manera libre, voluntaria, consciente que no quiere ser madre, ni ahora no nunca? Aún resulta chocante para muchas culturas y sociedades que una mujer no tenga “instinto maternal”, aún pareciera que, al nacer mujer, ya naces con el “chip” de la maternidad, con ese instinto. Y resulta que no. Que hay mujeres que desean ser madres y otras que no.

Las mujeres que eligen no ser madres no tienen problemas psicológicos, no son odiadoras de niñas y niños y no son seres egoístas. Existen historias personales, razones culturales, sociales y económicas, circunstancias de vida que pueden llevar a una mujer a decidir no ejercer su derecho a la maternidad. Si bien se ha observado que las mujeres con más años de estudio y en zonas urbanas suelen tener menos hijos o no tenerlos, por lo que el proyecto de vida profesional puede ser un importante factor para elegir no ser madre, esta no es la única razón. Muchas mujeres no encuentran la pareja adecuada con quien compartir un proyecto de materno-paternidad o de familia. En países como México y en el resto de América Latina, las mujeres son las principales responsables de la crianza y no existen las estructuras culturales y sociales, ni los apoyos institucionales para que puedan gozar de sus maternidades con derechos como salud, educación, trabajo, esparcimiento y seguridad, sin perder autonomía, independencia e individualidad.

Alrededor del “Día de las Madres”, celebrado en nuestro país cada 10 de mayo, se señala la importancia de la maternidad y los derechos, retos y desafíos que nuestra sociedad tiene para que las mujeres puedan elegir ser madres de manera sana, libre, feliz y gozosa.  Pero también es tiempo de que reflexionemos sobre el derecho que tienen las mujeres de elegir no ser madres. Dejar de estigmatizar y discriminar a las no madres, es necesario para avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres desde un verdadero enfoque integral y con perspectiva de género.

Fuentes consultadas:

INEGI: Nuevo escenario de baja fecundidad en México a partir de información censal, enero 2022. En Edición: Vol.12, Núm. 3 por Cecilia Inés Gayet and Fátima Juárez.

Gaceta UNAM: “Mujeres NoMo: Decisión de no tener hijos”, enero 2020.

Gaceta UNAM: NOMO´s, diciembre 2016.

 

 



[1] Consultora independiente en derechos humanos y género

lunes, 18 de abril de 2022

¿Calladita te ves más bonita?... ¡Pues me voy a poner bien fea!

 


¿Calladitas nos vemos más bonitas? 


Autora: Ana Luisa Nerio Monroy
18/04/22

Esta imagen tomada de Internet ¡Me fascino¡ Retoma una frase o refrán de uso popular muy común en México: "Calladita te ves más bonita", dice el patriarcado, sociedad machista, lenguaje sexista... ) y entonces  la respuesta es "Pues me voy a poner bien fea, querido", contesta el feminismo, la igualdad de género, los derechos humanos, las mujeres que que no están dispuestas a que las callen.


 

¿A cuántas de nosotras nos la han dicho o la hemos utilizado? (Sí, reconozcamos que la hemos usado, tal vez en un contexto o con una intención distinta pero la hemos usado). Y es verdad que cada quien es dueña (o dueño) de su silencio o de su palabra. Y es cierto que muchas veces callamos por prudencia, por no entrar en debates con alguna persona necia. Porque a veces nuestra paz mental vale más que ganar una discusión. Callamos porque no tenemos nada que decir o porque hay tanto que decir que no encontramos las palabras.

Pero también es cierto que en el caso de las mujeres esta frase se nos ha repetido por muchos años para silenciarnos. Para no incomodar a los otros y esos "otros" suelen ser hombres. Se nos pide callar para no contrariar a la sociedad (machista) y a la cultura (machista). Porque la voz y la opinión de las mujeres no es valorada (todavía hoy) en condiciones de igualdad frente a la de los hombres.
 
¡Y por favor¡ No me digan que las mujeres hablamos y mucho, que somos muy comunicativas y que el problema es callarnos...¡Esos son comentarios sexistas y machistas! Es la salida fácil del supuesto "humor", para no reconocer que las mujeres siguen en condiciones de desigualdad en todos los ámbitos.

¿Y por qué vincular el silencio con la belleza? ¿Es acaso una referencia al ideal romántico de las mujeres tristes, melancólicas y calladas en cuya virtud reposan las aspiraciones de la cultura patriarcal?, ¿Acaso una mujer que se expresa, que habla, que comenta, que reflexiona o cuestiona es más o menos bella que otra que calla? 

Callar debe ser un acto voluntario, una decisión tomada porque al evaluar una situación preferimos guardarnos nuestra palabra. El silencio no debe ser impuesto por otros u otras. Por como están las cosas en este país, con  mujeres y niñas violentadas, desaparecidas y asesinadas todos los días, es claro que muchas deseamos no sólo  deseamos hablar...sino por momentos gritar y gritar muy fuerte.

¿Y ustedes han usado esa frase? ¿En qué contexto? 

Twitter; @aluisanerio