Autora: Ana Luisa Nerio Monroy
¿Por qué es importante pensar
en la ubicación y tipo de construcción de un inmueble destinado para dar
servicios a la población? ¿Deben los gobiernos y autoridades pensar en asuntos
como el transporte de su personal y la iluminación de las calles a su alrededor?
Desde un enfoque o perspectiva
de derechos humanos, igualdad de género, no discriminación e inclusión, las
instituciones públicas, gubernamentales o autónomas, deben tomar en cuenta que
la población que requiere de sus servicios o el personal que labora en sus
instalaciones, tienen una serie de derechos relativos al trato respetuoso,
digno, con equidad, no discriminación, con accesibilidad y movilidad segura y
en condiciones de seguridad.
Debe tomarse en cuenta que generalmente
las mujeres trabajadoras realizan recorridos complejos para cumplir con
distintas tareas–de casa al colegio, del colegio al trabajo, del trabajo a la
tienda, de la tienda al colegio, del colegio a casa, mientras que los
desplazamientos de los varones suelen ser de tipo simple: de casa al trabajo,
del trabajo a casa. Además, cuando sólo existe un coche por unidad familiar,
éste suele ser utilizado por el varón mientras que la mujer se suele desplazar
caminando o en transporte público. Así mismo, podemos complejizarlo aún más si
a estos desplazamientos incorporamos el hecho de que se realicen acompañando a
niños y niñas, personas mayores, personas enfermas o con movilidad reducida.
En los aspectos que tienen que
ver con la movilidad es fundamental la aplicación de la perspectiva de género
en la identificación de pautas de desplazamientos, flujos e itinerarios, de
manera que al momento de tomar las decisiones sobre la ubicación de un inmueble
que se utilizará para dar servicios a la población, o para que el personal
pueda llegar a su lugar de trabajo y cumplir con su horario laboral, además de responder
a sus necesidades familiares y de vida personal, deberá tomarse en cuenta las
opciones de transporte.
El que un inmueble para el uso
de una institución pública esté cerca de los servicios de transporte, facilita
en mucho la vida laboral y las responsabilidades familiares y personales de
mujeres y hombres. Contar con estaciones del servicio de transporte colectivo
metro, metrobus, servicios de transporte concesionado (microbuses), servicios
de taxis cercanos y seguros, significa aplicar un enfoque de género, pues
facilitamos la llegada y retorno de casa al trabajo y viceversa tanto para
mujeres y hombres, además de incentivar que se compartan de manera equitativa
las tareas familiares.
Asimismo, una ubicación con
medios de transporte cercanos, facilita a los usuarios de los servicios que
brinde un organismo, oficina de gobierno o institución. Al interior de los
inmuebles, los espacios deben ser dignos y seguros tanto para mujeres como para
hombres, tomando en cuenta que son las mujeres quienes son de manera más
frecuente víctimas de acoso y hostigamiento sexual. Al respecto es recomendable
contar con oficinas y pasillos iluminados, oficinas con ventanales que permitan
privacidad necesaria pero que no posibiliten acciones de hostigamiento o acoso.
Debido a las diferencias
sexuales y reproductivas entre mujeres y hombres es preferible contar con
servicios sanitarios separados, pero promover la equidad de género equipando
ambos servicios con cambiadores de pañales, por ejemplo.
Parece obvio que las mujeres,
y mucho más si van acompañadas de personas vulnerables como niños y niñas,
personas mayores, enfermas o con movilidad reducida, presentan una mayor
indefensión ante ataques o conflictos con otras personas. La seguridad tiene
una componente real –aquellos puntos de la ciudad que son verdaderamente
peligrosos por los colectivos que los ocupan-, pero también tiene que ver con
la percepción. La mujer no sólo debe estar segura, sino que debe sentirse
segura. Ese debería ser uno de los objetivos principales del enfoque de género
aplicado a la decisión sobre la ubicación y/o construcción de inmuebles.
Cuestiones como una adecuada iluminación de los recorridos principales, de los
recovecos, calles secundarias, salidas de metro, paradas de autobús, etcétera
deberían ser contempladas por los proyectos de urbanización y detectados en los
estudios de desarrollo urbanístico.
Si las calles son seguras, la
ciudad lo será. Un indicador de la seguridad en las calles consiste en que las
mujeres puedan sentirse seguras en medio de los desconocidos que se cruzan en
ella. Las extensiones de baja densidad con muros de parcela sin ventanas, sin
posibilidad de comercios, equipamientos o espacios públicos de encuentro, son
focos de inseguridad. Deben evitarse los callejones sin salida, las calles que
sólo tienen edificación en uno de sus lados siendo el otro una gran manzana de
uso público como hospitales o colegios, o grandes superficies comerciales sin
puertas ni escaparates, o parques excesivamente grandes. Estos son ejemplos de
diseños que producen sensación de inseguridad para las mujeres, pero también
para cualquier persona.
Una construcción o inmueble de
una institución u organismo público debe promover y garantizar el derecho a la
no discriminación y a no ser excluida/o. La ausencia de accesos para personas
con discapacidad, de rampas y elevadores atenta contra el derecho a la no
discriminación y a la inclusión. Lo mismo ocurre con pasillos y puertas
estrechas que no permiten el acceso de personas en sillas de ruedas. La
ausencia de guías en el piso para personas con discapacidad visual es otra
violación, lo mismo que la falta de barandales para quienes usan bastón por
alguna discapacidad motriz (e inclusive para una mujer embarazada). Los
sanitarios deben contar con las adecuaciones necesarias para que las personas
con discapacidad puedan utilizarlos.
En materia de discapacidad uno
de los elementos a considerar es el diseño universal que se rige por siete
principios: uso equitativo; flexibilidad en el uso; uso simple o intuitivo;
información perceptible; tolerancia al error; esfuerzo físico bajo; tamaño y
espacio para el acceso y el uso.
Conclusión
La perspectiva de género implica reconocer otras
características y componentes de los derechos humanos como la no discriminación
y la inclusión. Por ello resulta de suma importancia que en temas que
parecieran ajenos, como el urbanismo, arquitectura, construcción de inmuebles,
remodelación de éstos, renta o compra de inmuebles para el servicio público, se
tomen en cuenta los elementos del enfoque de género y accesibilidad física para
grupos de población muchas veces invisibilizados.
@aluisanerio