jueves, 15 de agosto de 2019

Género, edificios gubernamentales, construcciones y seguridad



                                                                        Autora: Ana Luisa Nerio Monroy

¿Por qué es importante pensar en la ubicación y tipo de construcción de un inmueble destinado para dar servicios a la población? ¿Deben los gobiernos y autoridades pensar en asuntos como el transporte de su personal y la iluminación de las calles a su alrededor?

Desde un enfoque o perspectiva de derechos humanos, igualdad de género, no discriminación e inclusión, las instituciones públicas, gubernamentales o autónomas, deben tomar en cuenta que la población que requiere de sus servicios o el personal que labora en sus instalaciones, tienen una serie de derechos relativos al trato respetuoso, digno, con equidad, no discriminación, con accesibilidad y movilidad segura y en condiciones de seguridad.

Debe tomarse en cuenta que generalmente las mujeres trabajadoras realizan recorridos complejos para cumplir con distintas tareas–de casa al colegio, del colegio al trabajo, del trabajo a la tienda, de la tienda al colegio, del colegio a casa, mientras que los desplazamientos de los varones suelen ser de tipo simple: de casa al trabajo, del trabajo a casa. Además, cuando sólo existe un coche por unidad familiar, éste suele ser utilizado por el varón mientras que la mujer se suele desplazar caminando o en transporte público. Así mismo, podemos complejizarlo aún más si a estos desplazamientos incorporamos el hecho de que se realicen acompañando a niños y niñas, personas mayores, personas enfermas o con movilidad reducida.

En los aspectos que tienen que ver con la movilidad es fundamental la aplicación de la perspectiva de género en la identificación de pautas de desplazamientos, flujos e itinerarios, de manera que al momento de tomar las decisiones sobre la ubicación de un inmueble que se utilizará para dar servicios a la población, o para que el personal pueda llegar a su lugar de trabajo y cumplir con su horario laboral, además de responder a sus necesidades familiares y de vida personal, deberá tomarse en cuenta las opciones de transporte.


El que un inmueble para el uso de una institución pública esté cerca de los servicios de transporte, facilita en mucho la vida laboral y las responsabilidades familiares y personales de mujeres y hombres. Contar con estaciones del servicio de transporte colectivo metro, metrobus, servicios de transporte concesionado (microbuses), servicios de taxis cercanos y seguros, significa aplicar un enfoque de género, pues facilitamos la llegada y retorno de casa al trabajo y viceversa tanto para mujeres y hombres, además de incentivar que se compartan de manera equitativa las tareas familiares.

Asimismo, una ubicación con medios de transporte cercanos, facilita a los usuarios de los servicios que brinde un organismo, oficina de gobierno o institución. Al interior de los inmuebles, los espacios deben ser dignos y seguros tanto para mujeres como para hombres, tomando en cuenta que son las mujeres quienes son de manera más frecuente víctimas de acoso y hostigamiento sexual. Al respecto es recomendable contar con oficinas y pasillos iluminados, oficinas con ventanales que permitan privacidad necesaria pero que no posibiliten acciones de hostigamiento o acoso.

Debido a las diferencias sexuales y reproductivas entre mujeres y hombres es preferible contar con servicios sanitarios separados, pero promover la equidad de género equipando ambos servicios con cambiadores de pañales, por ejemplo.

Parece obvio que las mujeres, y mucho más si van acompañadas de personas vulnerables como niños y niñas, personas mayores, enfermas o con movilidad reducida, presentan una mayor indefensión ante ataques o conflictos con otras personas. La seguridad tiene una componente real –aquellos puntos de la ciudad que son verdaderamente peligrosos por los colectivos que los ocupan-, pero también tiene que ver con la percepción. La mujer no sólo debe estar segura, sino que debe sentirse segura. Ese debería ser uno de los objetivos principales del enfoque de género aplicado a la decisión sobre la ubicación y/o construcción de inmuebles. Cuestiones como una adecuada iluminación de los recorridos principales, de los recovecos, calles secundarias, salidas de metro, paradas de autobús, etcétera deberían ser contempladas por los proyectos de urbanización y detectados en los estudios de desarrollo urbanístico.


Si las calles son seguras, la ciudad lo será. Un indicador de la seguridad en las calles consiste en que las mujeres puedan sentirse seguras en medio de los desconocidos que se cruzan en ella. Las extensiones de baja densidad con muros de parcela sin ventanas, sin posibilidad de comercios, equipamientos o espacios públicos de encuentro, son focos de inseguridad. Deben evitarse los callejones sin salida, las calles que sólo tienen edificación en uno de sus lados siendo el otro una gran manzana de uso público como hospitales o colegios, o grandes superficies comerciales sin puertas ni escaparates, o parques excesivamente grandes. Estos son ejemplos de diseños que producen sensación de inseguridad para las mujeres, pero también para cualquier persona.

Una construcción o inmueble de una institución u organismo público debe promover y garantizar el derecho a la no discriminación y a no ser excluida/o. La ausencia de accesos para personas con discapacidad, de rampas y elevadores atenta contra el derecho a la no discriminación y a la inclusión. Lo mismo ocurre con pasillos y puertas estrechas que no permiten el acceso de personas en sillas de ruedas. La ausencia de guías en el piso para personas con discapacidad visual es otra violación, lo mismo que la falta de barandales para quienes usan bastón por alguna discapacidad motriz (e inclusive para una mujer embarazada). Los sanitarios deben contar con las adecuaciones necesarias para que las personas con discapacidad puedan utilizarlos.

En materia de discapacidad uno de los elementos a considerar es el diseño universal que se rige por siete principios: uso equitativo; flexibilidad en el uso; uso simple o intuitivo; información perceptible; tolerancia al error; esfuerzo físico bajo; tamaño y espacio para el acceso y el uso.

Conclusión

La perspectiva de género implica reconocer otras características y componentes de los derechos humanos como la no discriminación y la inclusión. Por ello resulta de suma importancia que en temas que parecieran ajenos, como el urbanismo, arquitectura, construcción de inmuebles, remodelación de éstos, renta o compra de inmuebles para el servicio público, se tomen en cuenta los elementos del enfoque de género y accesibilidad física para grupos de población muchas veces invisibilizados.

@aluisanerio