La No Maternidad Elegida
Autora: Ana Luisa Nerio Monroy
No
ser madre no es mejor ni peor que serlo. Simplemente es diferente, o algo así
decía una frase que leí en alguna parte. Y no puedo estar más de acuerdo. Pocas
veces escribo sobre la decisión de muchas mujeres, entre las que me incluyo, de
no ser madre, de no tener descendencia.
Sí
hubo una época en que como muchas mujeres me imaginaba con hijos o hijas. Pero
al paso de los años simplemente me día cuenta que no era lo mío. Creo que ser
madre debe ser una experiencia hermosa, pero como ha señalado Marta Lamas, la
maternidad no es un destino, sino un trabajo de amor y como cualquier otro
trabajo, debe ser deseado y por tanto elegido.
Y
sí, dada su trascendencia en el proyecto de vida de una mujer, la maternidad
debe ser una elección; una decisión tomada con libertad. También recuerdo
muchísimo las palabras de María Consuelo Mejía, Directora de Católicas por el
Derecho a Decidir México, cuando en una conferencia sobre derechos de las
mujeres hablaba de la “Maternidad libre, elegida, voluntaria y gozosa”. Esas
palabras me llegaron a lo más profundo y me hicieron cuestionarme sobre el por
qué ser madre, no es parte del proyecto de vida de todas las mujeres.
No
ha sido nada fácil. He pasado momentos muy incómodos con personas conocidas (y
hasta desconocidas que por circunstancias de la vida, debes tratar por algunos
momentos), amistades y familia (¡Ah sí, la familia, todo un tema!). ¿Y para
cuándo el bebé?, ¿Te vas a perder la experiencia de ser madre?, ¡Ya no estás
tan jovencita eh!, ¡Si no puedes yo tengo un excelente médico que te puedo
recomendar! ¿Has pensado en adoptar?
Hubo
un tiempo en que contestaba en el modo más cortés posible “después”, “un día de
estos les doy la sorpresa”. Luego pase por el “¿Sabes? ¡Es que soy estéril!” (eso
generalmente dejaba a mi interlocutor/a sin palabras).
No
culpo a las personas (no a todas, ni del todo), de opinar sobre este tema
porque así nos han educado. Es parte de la cultura que debemos cambiar quienes
aspiramos a un mundo en donde la maternidad sea en definitiva una elección
libre, voluntaria y feliz.
Ya
no me importa si las personas me comprenden, si acaso esperaría su respeto
hacia mis decisiones, pero eso tampoco pasa muy frecuentemente. Vivimos en un
mundo en el cual todavía la cultura patriarcal y el machismo son muy fuertes.
Por tanto, la autonomía de las mujeres genera mucho ruido y se le cuestiona aún
entre las propias mujeres, pues no estamos exentas de reproducir estereotipos y
mandatos de género.
No
odio a las niñas y niños, no soy de las que hace cara de “fuchi” cuando un bebé
tira la comida o de fastidio cuando llora (y si así fuera también debería ser
respetado, es una falacia eso de que a
todas las mujeres nos encantan los bebés e infantes). Disfruto de la compañía, de
la alegría y experiencia única que da convivir con niñas y niños. Les considero
sujetos de derechos que merecen respeto, cuidado y protección. Pero yo no deseo
una hija o hijo.
Tampoco
considero que quienes son mamás sean mujeres tontas o inferiores. Es su derecho
ser madres como el mío no serlo. Así de simple.
Estoy
en el punto en que decidí dejar de excusarme y dar explicaciones por algo que
en primer lugar no tengo por qué explicar a nadie y en segundo, porque es mi
decisión. No soy madre porque no quiero. Punto. Yo elegí, opte y decidí de
manera libre y consciente no ejercer mi derecho a la maternidad. No ser mamá es
una decisión de vida de la que me siento absolutamente orgullosa. Y espero que
cada día haya más mujeres que puedan elegir libremente su proyecto de vida, que
puede incluir o no, la maternidad.
@aluisanerio