martes, 11 de julio de 2017


La No Maternidad Elegida

Autora: Ana Luisa Nerio Monroy

No ser madre no es mejor ni peor que serlo. Simplemente es diferente, o algo así decía una frase que leí en alguna parte. Y no puedo estar más de acuerdo. Pocas veces escribo sobre la decisión de muchas mujeres, entre las que me incluyo, de no ser madre, de no tener descendencia.

Sí hubo una época en que como muchas mujeres me imaginaba con hijos o hijas. Pero al paso de los años simplemente me día cuenta que no era lo mío. Creo que ser madre debe ser una experiencia hermosa, pero como ha señalado Marta Lamas, la maternidad no es un destino, sino un trabajo de amor y como cualquier otro trabajo, debe ser deseado y por tanto elegido.

Y sí, dada su trascendencia en el proyecto de vida de una mujer, la maternidad debe ser una elección; una decisión tomada con libertad. También recuerdo muchísimo las palabras de María Consuelo Mejía, Directora de Católicas por el Derecho a Decidir México, cuando en una conferencia sobre derechos de las mujeres hablaba de la “Maternidad libre, elegida, voluntaria y gozosa”. Esas palabras me llegaron a lo más profundo y me hicieron cuestionarme sobre el por qué ser madre, no es parte del proyecto de vida de todas las mujeres.

No ha sido nada fácil. He pasado momentos muy incómodos con personas conocidas (y hasta desconocidas que por circunstancias de la vida, debes tratar por algunos momentos), amistades y familia (¡Ah sí, la familia, todo un tema!). ¿Y para cuándo el bebé?, ¿Te vas a perder la experiencia de ser madre?, ¡Ya no estás tan jovencita eh!, ¡Si no puedes yo tengo un excelente médico que te puedo recomendar! ¿Has pensado en adoptar?

Hubo un tiempo en que contestaba en el modo más cortés posible “después”, “un día de estos les doy la sorpresa”. Luego pase por el “¿Sabes? ¡Es que soy estéril!” (eso generalmente dejaba a mi interlocutor/a sin palabras).

No culpo a las personas (no a todas, ni del todo), de opinar sobre este tema porque así nos han educado. Es parte de la cultura que debemos cambiar quienes aspiramos a un mundo en donde la maternidad sea en definitiva una elección libre, voluntaria y feliz.

Ya no me importa si las personas me comprenden, si acaso esperaría su respeto hacia mis decisiones, pero eso tampoco pasa muy frecuentemente. Vivimos en un mundo en el cual todavía la cultura patriarcal y el machismo son muy fuertes. Por tanto, la autonomía de las mujeres genera mucho ruido y se le cuestiona aún entre las propias mujeres, pues no estamos exentas de reproducir estereotipos y mandatos de género.

No odio a las niñas y niños, no soy de las que hace cara de “fuchi” cuando un bebé tira la comida o de fastidio cuando llora (y si así fuera también debería ser respetado,  es una falacia eso de que a todas las mujeres nos encantan los bebés e infantes). Disfruto de la compañía, de la alegría y experiencia única que da convivir con niñas y niños. Les considero sujetos de derechos que merecen respeto, cuidado y protección. Pero yo no deseo una hija o hijo.

Tampoco considero que quienes son mamás sean mujeres tontas o inferiores. Es su derecho ser madres como el mío no serlo. Así de simple.

Estoy en el punto en que decidí dejar de excusarme y dar explicaciones por algo que en primer lugar no tengo por qué explicar a nadie y en segundo, porque es mi decisión. No soy madre porque no quiero. Punto. Yo elegí, opte y decidí de manera libre y consciente no ejercer mi derecho a la maternidad. No ser mamá es una decisión de vida de la que me siento absolutamente orgullosa. Y espero que cada día haya más mujeres que puedan elegir libremente su proyecto de vida, que puede incluir o no, la maternidad.



@aluisanerio