jueves, 11 de febrero de 2021

Mujeres y Niñas en la ciencia en tiempos del COVID 19

 

Mujeres y Niñas en la ciencia en tiempos del COVID 19

Autora: Ana Luisa Nerio Monroy

 

El mundo necesita de la ciencia y la ciencia de las mujeres, así lo indica la Organización de las Naciones Unidas. Cada 11 de febrero desde el 2015, se celebra el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, como una forma de rendir homenaje a las mujeres que han contribuido con el desarrollo científico y tecnológico del mundo; mujeres que abrieron brecha y anduvieron primero el camino tortuoso de romper con estereotipos de género; mujeres que el sistema patriarcal ocultó porque así le resultaba conveniente.

Miles de mujeres dedicadas a la investigación científica y desarrollo tecnológico, vieron sus trabajos, investigaciones y descubrimientos, robados por hombres que eran sus compañeros, jefes o parejas. Científicas como Nettie Stevens, descubridora de los cromosomas que determinan el sexo, Rosalind Franklin, cuyo trabajo contribuyó a la comprensión de la estructura del ADN o Lise Meitner madre de la fisión nuclear, forman parte de una larga lista, cada vez más amplia pero también más develada, de mujeres cuyo trabajo no recibió el reconocimiento que merecía. Esto se llama el “Efecto Matilda”.

El “Efecto Matilda” se refiere al menosprecio del trabajo científico de las mujeres por ser mujeres. Así de simple y de terrible.

La ONU señala que menos del 30 por ciento de los investigadores en el mundo son mujeres. Cifra que es muy pequeña si pensamos en todas las niñas y mujeres brillantes que conocemos y que por falta de oportunidades o por la presencia de estereotipos culturales, no están desarrollando su potencial dentro de la ciencia y tecnología. Sumado a esto, encontramos políticas públicas en materia educativa, deficientes y carentes de los estímulos necesarios para que niñas y niños aprendan matemáticas, física, química o biología, por citar algunos ejemplos, de manera que se enamoren de estas materias y hagan de ellas sus proyectos profesionales.



Durante 2020 y lo que va de 2021 hemos constatado que el sistema educativo de muchos países del mundo, entre éstos México, ha demostrado ineficiencia para garantizar el acceso y permanencia de las niñas y niños en la escuela. Los efectos de la situación actual en las oportunidades de desarrollo de las niñas para su educación y futuro profesional pueden ser sumamente negativos si no se atienden de manera adecuada y con perspectiva de género.

Las niñas abandonan sus estudios ante la pérdida de las familias de sus fuentes de empleo, por la pérdida de su madre o padre a causa del COVID 19 o por carecer de computadora e internet. Las niñas, además, al permanecer encasa se suman a las tareas de cuidado y del hogar que aún siguen siendo asignadas sobre todo a ellas, porque son mujeres.

La Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), indica que las mujeres aún son minoría en los campos de las matemáticas, la informática, la ingeniería y la inteligencia artificial. Apenas un 12 por ciento de las plazas de las academias nacionales de ciencias, son ocupadas por mujeres.

El 11 de febrero es una fecha para recordarnos que es necesario impulsar el acceso de las niñas a la educación y apoyar a las mujeres que desean realizar estudios en áreas científicas y tecnológicas. Todavía hoy, a pesar de los cambios culturales, hay brechas de género que limitan o impiden que millones de niñas tengan acceso a la educación, que millones de mujeres abandonen la idea de cursar ciertas carreras porque no son “para mujeres”. Sobran historias de jóvenes estudiantes que han vivido y viven discriminación, maltrato, violencia y/o acoso cuando cursan carreras tradicionalmente masculinas.

Y aún aquellas mujeres que lo logran y se desarrollan como investigadoras y científicas, enfrentan el reto de la conciliación de la vida laboral y familiar. Viven el estrés de una maternidad que debe ejercerse a la par de las exigencias del mundo laboral y de la falta o poca presencia, todavía, de parejas que se hagan corresponsables de las tareas de cuidado de las hijas o hijos.

La ONU ha indicado también que la situación de las mujeres en la ciencia durante esta pandemia del COVID 19 ha visto retrocesos. El cierre de laboratorios y de empresas de desarrollo tecnológico han dejado sin su práctica o sin su trabajo a muchas mujeres. Como sabemos, al quedarse en casa también hay aumento de responsabilidades para cuidar de otras u otros.

En España se realiza este año una campaña muy interesante llamada No más Matildas o No more Matildas, en honor a Maltilda Joslyn Gage, sufragista, abolicionista y precursora feminista estadounidense, que dedicó gran parte de su vida a denunciar la opresión de las mujeres y visibilizar las contribuciones de las mujeres en diversos campos de la vida cultural y científica del mundo.

La campaña No más Matildas y la celebración del 11 de febrero Día Internacional de las Mujeres y Niñas en la Ciencia, son esfuerzos de diversos sectores por visibilizar, reconocer e incentivar la presencia de mujeres y niñas en la ciencia y tecnología. Son una invitación a la reflexión y a la acción para que cada quien, desde su espacio, desde los medios con lo que cuente, impulse y reconozca la importancia de contar con niñas y mujeres interesadas y dedicadas a la ciencia y tecnología. Cierro con la frase de la ONU con la que inicié “El mundo necesita de la ciencia y la ciencia de las mujeres”.