El embarazo en la adolescencia: un asunto de derechos humanos
Autora: Ana Luisa Nerio Monroy
07 de febrero de 2015
En el pasado mes de enero el
Presidente Enrique Peña Nieto anunció la Estrategia Nacional de Prevención del
Embarazo de Adolescentes, cuyo objetivo es que para el año 2030 ya no se
presenten embarazos en niñas menores de 14 años y se reduzcan a la mitad los de
las jóvenes de 15 y 19 años. Ésta, que en principio pareciera una buena noticia,
se ve empañada por un asunto fundamental: no existe un documento rector que
contenga la estrategia. Por alguna razón, sobre la que podemos aventurar
diversas hipótesis, el gobierno federal se apresuró a presentar la mencionada
estrategia en un evento mediático sin que exista mayor información que la que
proporcionó el Presidente Peña en su discurso.
El asunto no es menor si tomamos en
cuenta la gravedad del problema. Cifras de 2013 indican que diariamente, 20 mil
mujeres de 18 años dan a luz en países en vías de desarrollo y 2, de los 7.3
millones de partos de adolescentes que ocurrieron en ese año, correspondieron a
niñas menores de 15 años.[1] México
encabeza la lista de los países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo (OCDE) que presenta la tasa más alta de embarazos en mujeres
adolescentes. De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Geografía y
Estadística (INEGI), el 35.6 por ciento de la población joven del país son
adolescentes entre 15 y 19 años. Una de cada diez mujeres adolescentes de 15 a
19 años ha tenido un hijo (cifra de 2014). Una de cada 5 niñas y niños que
nacieron en 2011 son hijos e hijas de madres adolescentes.[2] El
Presidente Peña mencionó, en el mensaje líneas arriba citado, que 11 mil niñas
de 10 a 14 años de edad se convirtieron en madres en el 2013.
La
Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes define a las y los
adolescentes como las personas entre los doce años cumplidos y menores de 18
años de edad; por su parte la Convención de los derechos del Niño define a
niñas, niños y adolescentes como toda persona menor de 18 años. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) por su parte, dice que la adolescencia es el periodo
de vida que se da entre los 10 y los 19 años. La Observación General número 4
del Comité de los Derechos del Niño señala que la adolescencia es la etapa de
la vida en caracterizada “por rápidos cambios físicos,
cognoscitivos y sociales, incluida la madurez sexual y reproductiva; la
adquisición gradual de la capacidad para asumir comportamientos y funciones de
adultos, que implican nuevas obligaciones y exigen nuevos conocimientos
teóricos y prácticos”.
Estos cambios que se presentan en la adolescencia deben
ir acompañados de información oportuna, clara, suficiente y pertinente para la
edad (la adolescencia también puede subdividirse en etapas), y el contexto
familiar, social, económico y cultural de cada adolescente, a fin de que puedan
tomar las mejores decisiones posibles. Es un hecho cada vez más reconocido que
en México y en el Mundo, la vida sexual empieza cada vez más a edades más
tempranas. Esto implica acciones de política pública que respeten y garanticen
los derechos de las y los adolescentes, incluidos su derecho a la salud sexual
y reproductiva; y a una educación integral que incluye a la educación sexual y
reproductiva. Esto con el fin de que cuenten con los elementos necesarios para
tomar ejercer su sexualidad de manera sana, plena y responsable; sin que por
ello pongan en peligro su salud, su proyecto de vida u otros de sus derechos.
Un embarazo adolescente afecta el acceso
y ejercicio de diversos derechos humanos: a la educación pues genera en muchos
de los casos deserción escolar; al derecho a no ser discriminado ya que es
común que se presenten actos discriminatorios en la escuela, la familia y la
comunidad; al trabajo y derechos laborales porque genera vinculación temprana
al mercado laboral y mayores probabilidades de ubicarse en trabajos mal
remunerados, precarios, sin prestaciones sociales o en el sector informal; a la
salud debido a que los embarazos en adolescentes son considerados de alto
riesgo tanto para la madre como para el producto; y al desarrollo pues somete a
las y los adolescentes a vivir en ambientes de gran tensión emocional tanto a
nivel individual y en su entorno familiar, y a replantearse su proyecto de vida
como consecuencia de una maternidad o paternidad temprana y no planeada.
Las razones que dan origen a un
embarazo en la adolescencia son multifactoriales. Hay causas sociales,
económicas y culturales que pueden ayudar a explicarlo. Falta de educación o
baja escolaridad; falta de acceso a información o información sexual poco
pertinente para la edad y grado de madurez del o la adolescente; pobreza,
violencia de género, prácticas culturales que incentivan las uniones o
matrimonios de adolescentes; el machismo que impide a las mujeres tomar
decisiones informadas sobre su maternidad; una nula o deficiente educación
sexual y el poco o inexistente acceso a métodos de anticoncepción, son algunas
de las causas de estos embarazos.
Frente a la complejidad del problema
los especialistas en la materia han señalado que la mejor solución es la
prevención mediante estrategias integrales que garanticen los derechos de las y
los adolescentes. Eso implica diseñar, aplicar, dar seguimiento a políticas
educativas y de salud sexual libres de prejuicios y basadas en información
científica que oriente a las y los adolescentes para ejercer su sexualidad de
manera responsable e informada El acceso a métodos de anticoncepción e
información sobre el uso de éstos debe ser otra de las obligaciones del Estado.
En
el discurso ya citado en torno a la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo
adolescente, retomado por los medios de comunicación, el Presidente Peña
informó que esta estrategia incluye 90 líneas de acción y ocho ejes rectores. Como se señaló líneas arriba, no existe un documento
público que nos permita analizar a fondo la estrategia. Así, nada más en el
discurso, y enunciada de manera tan general no podría decir sí es buena o mala.
De entrada es una señal negativa que se anuncie algo tan importante sin que
exista un documento de referencia. Esto ya de por sí viola el derecho a la
información de la población.
La
Estrategia es necesaria, de eso no hay duda. Es indispensable debido a la
magnitud del problema y a sus implicaciones en el ejercicio de los derechos
humanos de las y los adolescentes. Habrá que estar muy atentos a su publicación
para poder analizarlo desde un enfoque de derechos humanos.
@aluisanerio
[1] UNICEF
Colombia. Estrategia para la Prevención de embarazo en la adolescencia y
promoción de proyectos de vida para los niños, niñas y adolescentes y jóvenes
de edades entre 6 y 19 años. Disponible en http://www.equidadmujer.gov.co/Documents/Estrategia-prevencion-embarazo-adolescencia.pdf
[2] INEGI,
“Estadísticas a propósito del Día Internacional de la juventud” Agosto 2014 en http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisticas/2014/juventud0.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario