jueves, 1 de febrero de 2018

Género, estereotipos y roles:educar para lograr igualdad


Por Ana Luisa Nerio Monroy


Mujeres y hombres son iguales en dignidad y derechos. Sus diferencias biológicas no constituyen razones para que unas y otros sean discriminados. Ahora bien, las mujeres han sido históricamente destinadas a tareas reproductivas en la esfera de lo privado (doméstico) y los hombres a la esfera productiva y el espacio público, con base en las diferencias biológicas. 

Las mujeres tienen características biológicas distintas a las de los hombres, cierto. Las mujeres tienen senos, vagina, ovarios, y un sistema reproductivo distinto al de los hombres quienes a su vez tienen pene, testículos, testosterona, etcétera. Estas características son naturales. Se nace con ellas. En cambio, lo femenino y lo masculino se construye a partir de lo que la sociedad espera de nosotros en una época y contexto determinado. A pesar de las diferencias que pueda haber entre épocas de lo que se interpreta como lo masculino y lo femenino, un aspecto recurrente es el de la división sexual del trabajo. Esto se ve claramente en los roles de género. Las mujeres realizan tareas de cuidado y reproductivas, de aseo y limpieza en el hogar.  Se quedan en el espacio privado y si trabajan fuera de casa lo hacen generalmente en actividades “propias de la mujer”. Las mujeres según la tradición, no son intrépidas, no juegan futbol, no tienen una vida sexual libre y placentera. Se casan y tienen hijos e hijas.

Los hombres por su parte no lloran, les gustan los deportes y no las muñecas, no expresan sus sentimientos, son fuertes, valientes y violentos. Se les exige éxito social, laboral y económico. Están en la esfera pública y no realizan tareas de cuidado o en el hogar pues “eso es cosa de mujeres”.

Estas características no benefician a ninguno de los dos sexos. Tanto mujeres como hombres se ven limitados para desarrollarse de manera plena y en libertad. En todo caso, si puede hablarse de sexo ganador sería el de los hombres pues son quienes han tenido más privilegios, acceso a puestos de poder y a posiciones que les han permitido dominar o regir desde su visón la vida de las mujeres.

Agentes socializadores del género que se traducen en instituciones sociales como la familia, la religión, la escuela, la comunidad o el trabajo, refuerzas los roles y estereotipos de género. Desde antes de nacer si es niña ya se le destina el rosa como su color o azul si es niño. En casa se enseña a las mujeres a ser recatadas, femeninas, a realizar labores del hogar. A los niños a jugar con pistolas y balones, a ser fuertes.

En la sociedad se refuerzan los roles y estereotipos de manera cotidiana. Hay mandatos sociales que, aunque no sean ley, los hemos naturalizado porque todos los días algo los reafirma. Los medios de comunicación y la publicidad contribuyen mucho a los estereotipos de género. Los hombres deben tener un buen trabajo y éxito económico. Las mujeres deben ser hermosas, delgadas, buenas amas de casa, tiernas, sumisas y dependientes. Bonitas y tontas dice la publicidad. En la escuela se invisibiliza a las mujeres con el lenguaje sexista, por ejemplo. Y las religiones son sumamente androcéntricas y por lo tanto controladoras del cuerpo y vida de las mujeres. No así de los hombres quienes son los proveedores y si son ovejas descarriadas sólo merecen una reprimenda y volver al buen camino.

Educar a las nuevas generaciones y re-educar a las que tienen más años es una tarea importante para lograr avances reales camino a la igualdad sustantiva.  Eliminar los estereotipos y roles de género contribuye también a prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y niñas, asunto nada menor tomando en cuenta el repunte de los actos de violencia contra las mujeres en México, incluida la violencia sexual y el feminicidio.

Apostemos porque desde lo que cada una o uno hace,  terminemos con los estereotipos de género para que niñas y niños, mujeres y hombres vivamos con dignidad y con igualdad de derechos y oportunidades. Cambiar nuestro lenguaje, no reproducir chistes machistas, impulsar la educación para las mujeres, promover la corresponsabilidad de las tareas en el hogar, educar a niñas y niños en igualdad y corresponsabilidad, no reproducir la violencia en nuestras relaciones personales y laborales, y muchas otras acciones, contribuyen a mejorar el panorama de la igualdad de género.



Twitter @aluisanerio

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